Quedamos a las 9.15 en el Galway Atlantic School ya que los niños tendrían su primera “orientation” a las 9.30. Las reglas fueron bien claras: no llegar a casa más tarde de las 22.30, mantener ordenada sus habitaciones y nada de alcohol o comportamientos antisociales en plena calle, de lo contrario, serán deportados a España. He decir que, sorprendentemente, los niños están siendo bastantes puntuales, con lo que el funcionamiento del grupo va bastante bien. No obstante, los comentarios impertinentes de algunos no dejan de ser impertinentes, valga la redundancia ;)
Tras la orientación, los chicos se dividieron en dos grupos de nivel para que las clases que recibirían fueran más provechosas. Después del primer día de clase, parecía que todos estaban muy contentos con sus profes irlandesas. También parece que las clases se pasan más rápido que en Guadix y que incluso les gusta lo que aprenden ¡si, si! ¡aprenden! Sobre todo quienes han tenido que pedir a las familias por necesidad casi natural que no les hicieran sándwiches “raros” (según los niños), sino que se limitaran a hacerlos de jamón Cork y queso. “¿por qué no tienen aquí jamón maestra?” me preguntaban algunos…
El lunes tomaríamos nuestro primer “lunch” juntos en Eyre Square, la plaza principal del centro, llena de césped donde poder sentarse y gente disfrutando del clima. Por cierto ¿qué decir del tiempo irlandés? Pues sencillamente que los niños se piensan que los hemos engañado porque ¡están pasando calor! Algunos incluso se han puesto morenitos (o más bien “rojitos”). En fin, después de disfrutar del almuerzo, volvimos a la escuela donde nos recogería la guía que nos haría un “walking tour” de Galway.
¿Qué aprendimos en dicho recorrido? Por ejemplo, aprendimos que las 14 banderas que adornan Eyre Square son reprensentativas de las 14 familias irlandesas y muy ricas, by the way, que fundaron Galway. Bajando por la “shop street” nos explicaron porque en todas las joyerías podíamos ver el anillo de Claddah, un anillo formado por dos manos sosteniendo un corazón coronado, que simboliza la amistad, el amor y la fidelidad. En la Iglesia de San Nicolás nos contarón una tenebrosa leyenda de una familia irlandesa caracterizada por su justicia, que llegaba hasta tal punto que el padre, en una ocasión, tuvo que permitir la ejecución de su propio hijo porque éste había cometido un delito grave. En el “Spanish Arch” nos enseñaron la gran relación que históricamente había existido entre España e Irlanda. En este caso, la relación se relacionaba con los negocios, ya que por dicho arco pasaron durante mucho tiempo sólo los españoles, quienes tenían que pagar unas tasas para poder entrar a la ciudad a exportar el vino español. La catedral nos impresionó a todos y el paseo por el río fue muy bonito.
A las 16.30 llegamos de nuevo al “city centre” y dejamos una hora de compras. Todos acabaron en el PENNEYS y DUNNES STORES… Prizes over there are ridiculously cheap!! A las 17.25 cada uno cogió su autobús y se fueron a casita a cenar.
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